martes, 12 de enero de 2010

Nuevos monstruos

Matengo a la muerte eclipsada,

Por estos versos,

Que se están partiendo en tres,

Una vez más.


Soy la madre

Nerviosa con el niño,

Soy el rosario de una monja,

Que se deshace en sollozos.


El cántico del ángel

Ya no vale por alegría y plenitud;

Estamos rotos,

Desde la frente,

Hasta los pies.


Hemos vuelto a la calma de siempre,

La calma incierta,

En estas mismas horas,

En estas mismas vidas-muertes.


Somos el hábito corrupto,

El monje volcado en otro cielo.

Volveremos a cantar,

Cuando retornen

Hechos nuevos monstruos.

24-05-08

El hacedor

Ella viaja,

Y alguien por ahí muere.

El eterno dominó de culpas,

Alguien que sucumbe en otro cielo.


El abrazo ya no será el mismo,

La sonrisa pronta será el receso.

Veremos nuestras caras una vez más,

Quebradas,

Gracias al gran hacedor de mitos,

Al hacedor de cánticos,

Detrás de esa sonrisa constante.


Estaremos pendientes,

Y su corazón, en dos.

Vamos a converger,

Vamos a disimular.

El hacedor estará en las orillas.

Será pasado:

Perdonadle tú.

07/03/09

Me niego

I

Me niego

a la eterna felicidad

y al goce repetitivo.


Me niego

a beber el vino sacro.


Me niego

-rotundamente-

A responder cualquier saludo.


He arribado a negar que somos uno.


Me niego, pues

Estoy entera; lo asumo.

II

En las horas muertas de mi dicha

En las horas muertas de mis muertes.

El autobús se aleja,

Hemos sido derrotados al despertar.

25/12/07

Mercedes II

Hoy descubro

en este cielo

la señal que aturde a la música,

Al delirio frágil,

al inconciente aterrador.

Y a la ceniza en el suelo,

sólo para absorber algo de sangre.


No queremos cantos,

no más súplicas.

Cortaremos las cabezas para el rito,

y lentamente

les haremos saber

nuestra felicidad.


Será cortarle las alas al ángel,

Será mecer al dios sobre el volcán.

Tomaremos un lugar adecuado,

la pluma correcta

y un cigarrillo bien sabroso.


Cortaremos la cinta del juego.

Estamos aquí.

25/12/07

sábado, 2 de enero de 2010

Mercedes

Las expresiones lúgubres en esta atmósfera rojiza

procrean en mi a la gran traidora,

a la hacedora de mitos y desdichas voraces.


Y ahí, justo en los dientes

me torno feroz.

Soy ahora

cómplice del enigma.


Mercedes tuvo razón en la sangre,

Mercedes deshizo los nudos mal atados

para rehacerlos en orgasmos múltiples para sí.

Mercedes y las muertes (los gemidos)

las horas sin conciencia

las horas desnudas

las horas observando agonías.


Estertores quiso Mercedes.


Mercedes quería a la esperanza dentro,

Mercedes quería verles encerrados en el perfume

Y en el paroxismo,

Como tantos y tontos cadáveres.


Mercedes quería a la esperanza dentro.

25/12/07