viernes, 3 de enero de 2014

La nada


La nada no tiene forma ni color.
El mecanismo natural del mundo
su refugio.

En cada viaje la particularidad
de abrir el cielo reflejo
otra vez.

En algún lugar,
alguien canta esta misma historia.

Nos agitamos todos
para llegar profusos de historias
al rompeolas.

lunes, 7 de enero de 2013

Cuerno cuervo

Tu poesía,
los pálpitos como aullidos deformes.
Lejos las apariencias,
lejos de los espejos y los desórdenes.
La inconclusión.

Aráñame más adentro,
para reírme de nuevo del pasado que no se mira.
Aráñame también la cabeza de cuervos negros,
desenrolla el plexo del universo.
Espera donde se conjeturan las últimas voces
espesas,
partidas,
dime donde se toca el sol bajo el pozo del infinito y la memoria.

Yo tengo la personalidad que se transforma y expande.
Borro cada tanto mi rastro.
Se me cae el amor de los zapatos,
lo dejo herido,
rampante,
sin atención y bifurcado en el verso que no alcanzo a atrapar.

Las apariencias fuego,
también, tampoco,
son de nuestra responsabilidad.

martes, 29 de mayo de 2012

Soledad de desición


El primer llanto,
lo certero en el beso,
la pulcro, el contorno y la cruz.


Íbamos como niños,
manejando hacia el fin de la ruta.
Preferíamos lo verde,
la niña en medio del campo
y el camino no oficial.

Hoy me fatiga la pena,
esta pena intermitente,
de saberme fallada
en el peor de todos los trucos.

Ignoro todo lo demás,
ignoro lo fatuo del discurso,
ignoro el llanto de mañana,
ignoro la blanca pena,
ignoro a mi niña mala,
ignoro la pálida calvicie de toda tristeza.

Ignoro mil libros y héroes partidos;
ignoro las figuras de las guerras,
ignoro los corazones podridos,
los molestos,
los que perdonamos.

Ignoro la incierta paz de todo porvenir sacro.
Ignoro la certeza de cualquier regreso,
ignoro la historia B,
ignoro todo cúmulo de sensaciones vagas,
ignoro el vino en nuestro honor,
y maldigo aquella hora vaga;
el tiempo que no se toca,
el poema que no escribí,
la letra mal parida,
cualquier aviso no entregado.

Maldigo esta soledad hueca.
Maldigo todas las soledades de decisión.

jueves, 15 de marzo de 2012

Silencio




La pareja habita el único edificio de un barrio -que se podría decir- queda detrás de algo. El edificio es enorme, claro, un barrio barato para dos. Es blanco, siempre parece fotografía postmoderna. Siempre es igual. El edificio está habitado por pocos propietarios, la gente es escasa. El lugar, como boca de lobo.

Ambos trabajan en lo suyo, queremos decir, no hablan de ello. A veces hacen planes, a veces sólo cohabitan, coexisten, colaboran el uno con el otro. De a poco han dejado de hablar, a veces ocurren días, a veces tardes. Fines de semana completos. Un día sigue al otro. Dos.

La pareja se encuentra en las esquinas del departamento, a boca de jarro, pero no hablan. A veces ni se miran, solo pasan. Algunos días se miran, de a poco se observan sentados en el living, por muchísimo tiempo. Luego él, o ella, se da vuelta. Otras veces el rito es enérgico, y ambos hacen el amor en la alfombra sin mayor complicación. Luego se duermen, cada uno en su territorio. Como si la vida se desdoblase allí.

El rito es el rito, hay que saber cuando no tomar el turno, más que cuando hacerlo. Cuando hay un mal turno todo desaparece. Ella se vacía, el aire se espesa y todo acaba. Con él a veces ocurre lo mismo.

En ocasiones ella piensa en qué podría cambiar, pero no lo sabe. Matías llega, prepara comida, se sienta en frente o al lado suyo. Comen, se miran, a veces se besan. Cada día es así, como aprendiendo a buscar una palabra. Es el rito de hoy y de siempre. Siempre estuvieron así. Piensa que siempre lo estarán.

Si alguno muriera, el otro simplemente dejaría de dormir con alguien a su lado. ¿El motivo de ello? no lo sabe. Cuando dicen que debes vivirlo, sí, es así. La cotidianeidad determina diversos resultados, todos inesperados. Se requiere que lo eterno sea como debe ser lo eterno: silencio.

Laura le pisa los pies por accidente a Matías en las esquinas del departamento. Se miran. No sabe si fue su idea o la de ella, ésta, la de vivir sin hablarse. A veces dan ganas de gritarle, piensa Matías, pero nunca un rencor puede con él. A Laura parece no importarle nada. Amigos no los visitan, Laura no ha quedado embarazada en cinco años ya. Imagina que podría ser algo complejo, algo que cambiaría sus vidas. Alguien más a quién explicarle una vida.

Aunque -esta vida- a Matías sigue pareciéndole la sensación más placentera que podría tener. Vivir en una casa en que la mayor parte del tiempo es silencio. Con el paso del este fueron hablando menos. Lo sabe. Cuando eran novios hablaban, pero no era su costumbre favorita. Esa siempre fue vernos piensa Matías. Sencillamente mirarnos. Una idea, un acoso real de ideas desarrollándose entre ellos no era lo suyo. Siempre casi de acuerdo en todo, para qué competir por ello.

La idea de que cada idea, propiamente tal, sería algo en lo que invertirían tiempo y ganas, una definición en donde ambos se mirarían para sonreír al finalizar les parecía casi ridículo, puesto que al final estarían de acuerdo en todo. Y qué decir del fondo del asunto, en donde cada lectura sobre algo es subjetiva y personal, pensaba Laura, porque cada lectura que se haga está sujeta a su propio concepto sobre ello: único, intransferible, inexpresable, hueco. Y la Tierra sigue ahí, vacía en su centro, y nosotros aquí, como presos sin poder verla, se decía Matías. Arriba, -como las ideas-, seguimos, sobre cada continente, sin poder entrar hasta el fondo. Así mismo el mar; nos movemos sólo superficialmente, no logramos la profundidad necesaria en ningún asunto. Es por ello que seguimos aquí, piensa Matías, y en el fondo sabe que Laura también lo cree así. Se miran, lo piensan, lo concluyen. No hay para qué reafirmarlo. Se besan.

lunes, 6 de junio de 2011

Nada de aritmética

Expongo el poema al infierno de las palabras
Así, una vez más, tenemos un cuadro aritmético perfecto
El tamaño de la T se construye como un edificio medieval
Las órdenes y planos, rítmicos, pero con algo que presionar en medio.
La naturaleza de la dimensión primera, la superficie
Donde todo converge sin difusiones,
Aguardan las demás dimensiones,
Al tiempo ni si quiera debería consultársele
La opinión, un pacto hay.
Limpio la hoja, reescribo el plano.
04/06/11

jueves, 28 de abril de 2011

Sí y solo sí.

Dependíamos el uno del otro y eso era todo. Habíamos llegado a un punto donde sabíamos que estábamos juntos. Un segundo era ese. Y el resto era la gracia de serlo. Como decía nuestro amigo, al final es todo lo que crees y ya.

miércoles, 5 de enero de 2011

El poema que busco


El poema que busco
Trae consigo
Un séquito de maldiciones

El poema que busco,
Se esconde y se contiene a sí mismo
Como la serpiente de mi sueño

El poema que busco
Se ha partido durante meses
Y ha decrecido allí
Abriéndose paso entre mis cosas.

El poema que busco
Está dormido y mesurado
Se acuesta y se levanta
De día me apunta la nuca
De noche me rodea la cien
Conectándose en las indolencias.

El poema que busco
Me tergiversa y me mancha,
Me desolla cada mañana.
Me aparto y busco una buena canción,
Pero sigo con la imagen
Del poema que busco.


05/01/11

jueves, 28 de octubre de 2010

Piedra

Sueño la plaza de un pueblo dormido,
El cerro a punto de estallar
Con tanto espíritu añoso

Un camote en dos
En medio de tu caminata
Que te envuelva la faz de la cara
Cada vez que subes
Ese mismo horizonte
Pegado como gil
En tu bizarro paseito de medio día.

Se terminó la paciencia,
Luego será el tiempo en que todos miremos
Los mismos camotes,
Y nuestra tierra,
Y grutas,
Sean nuestro sutil tesoro.

Padre,
Vengo por ti
Vengo por las respuestas,
Vengo por nuestro real tesoro.

-Lo podrido



Y caminar
Porque la muerte ya está escrita
Y porque no vale nada más
Pensar que si damos ese salto
Estaremos en algún lugar nuevo.



De todas las certezas que tuvimos,
Quizá un cuarto se cumplió.
Las manos se tocan
Los besos se dan,
Se caminan los pasos.



Preparamos el salto
Las escaramuzas,
Los tiempos, el plástico, el perfume
La nausea,
La corteza del árbol y el agua.



Lo podrido en el bosque
Lo podrido bajo el puente
Lo podrido en tus hijos
Lo podrido de tus letras
Lo podrido en tus críticas
Lo podrido en tu carne
Lo podrido en las venas
Lo podrido bajo el agua
Lo podrido de lo podrido


Lo podrido de la muerte,

De la larga caminata en el sur.

15 agosto 2009

sábado, 2 de octubre de 2010

Nada

Me vuelco, me doblo, me giro, me parto.

Una misma línea, un mismo pálpito,

La unión perfecta, el beso.


Giro, sigo mirando, escucho tal voz,

Hay una trabita ahí, una máscara.

Prefiero seguir con el cigarro.


No importa, sigamos,

Sigamos escuchando a las venas,

Que lo realmente mágico,

Es cada uno y no el todo.


Mira, mira, la rima la rima,

De nuevo el pálpito,

De nuevo la voz,

Otro sol se esconde.