domingo, 29 de noviembre de 2009

Pronto

Un vuelco con el dios

Una palabra santa

Y todo bien repartido.

Que las medusas no estén

Diles que se vayan.

El mar no tiene nada que ver en esto

Diles que hay alguien golpeándonos la espalda

Y que no lo queremos aquí.

Algo poco traducible

Algo poco probable

Se aloja en mi cama.

Va cortándome las venas con pequeños golpecitos.

El santo otra vez

El santo que rehúye y no sabe qué hacer

El discurso probable de mañana

El de hoy.

No sacar nada a cambio

Y verte de nuevo recostado

En distintos cielos,

En distintos infiernos.

Y cómo se entiende algo así

No quiero confiar en el tiempo

Desde ya quiero tenerlo frente a mi

Para darle en la frente.

Vuelvo a ver,

Y he de sentir lo mismo de ayer.

3 comentarios:

  1. para ke ser santo y saber eternamente ke y komo hacer?
    mejor ser libre, inimaginable, informado, intodo lo ke a la gente le gusta ser

    besos

    ResponderEliminar
  2. solo ser, claro y libre.
    hay algo oscuro en eso de todas formas. como que nadie lo perciba, por ejemplo. o que sea y no sea.

    hay algo que suena aquí.

    ResponderEliminar
  3. Lo de ser santo me suena sospechoso... es como tener un esquema, un libro de recetas... es no salirse del libreto. Una lata, soberana. La libetad es otra cosa, sin duda. Si se prefiere, puede contener el libro de recetas, pero con páginas en blanco para escribir otras cosas... y mil crayones para rayar, tijeras para cortar, o manos para romper derechamente...

    ResponderEliminar